Las declaraciones de Hillary Clinton acerca de que México se está pareciendo a la Colombia de hace 20 años han logrado unir a nuestra clase polÃtica por unos minutos (lo que duran las conferencias de prensa de banqueta) para descalificar a la Secretaria de Estado. Las crÃticas de nuestros personajes públicos se han concentrado en el hecho de que Clinton asimiló las acciones violentas del narcotráfico a una insurgencia.
Cabe aclarar que estas declaraciones de Clinton fueron sólo una parte de una comparecencia ante el Consejo de Relaciones Exteriores en la que la ex-primera dama y ex-pre-candidata a la presidencia de Estados Unidos hizo más aseveraciones desatinadas. ¿Cómo se le pudo ocurrir considerar insurgencia a la acción del narco? Algunos polÃticos suelen cometer esas pifias cuando se aventuran demasiado en el terreno de la reflexión.
Pero se trata de un error de análisis tan obvio y tan lejano a una intromisión en los asuntos mexicanos que no amerita la nota diplomática que pidió Fernando Castro Trenti, vice-coordinador del PRI en el Senado, ni mucho menos (algunas de las otras opiniones que expresó en la mencionada reunión con el Consejo de Relaciones Exteriores son más graves, realmente prepotentes). Se trata esencialmente de una tonterÃa que ya parece haber sido corregida por Barack Obama (en una entrevista con el diario La Opinión, de Los Ãngeles , que tampoco estuvo dedicada exclusivamente al tema). Sin embargo, se entiende la indignación de nuestros polÃticos como una forma de evadir el cuestionamiento que les plantea la otra parte de la comparación con Colombia, que es mucho más apropiada: los niveles de violencia –incluidas acciones francamente terroristas- que se ven aquà y ahora son similares a los que se vieron allá y entonces. Claro que recientemente varios analistas han sido mucho más claros y precisos que la Hillary al encontrar paralelos entre Colombia y México y al alertar sobre la posible evolución colombiana de la violencia en nuestro paÃs pero sus opiniones no tienen la visibilidad de las de Clinton. Por eso, lo declarado por ella es amenazante para quienes (desde el ejecutivo o desde el legislativo) no le acaban de encontrar el modo a la lucha anti-narco (tarea que, por lo demás, no me parece nada fácil) pero tampoco parecen querer aprender de la experiencia de otros.
En fin, estaré de acuerdo (también por unos minutos) con los polÃticos nacionales: la violencia y el terrorismo que estamos sufriendo son muy diferentes a los que tuvo Colombia. AquÃ, para secuestrar, extorsionar, asesinar funcionarios, hacer estallar bombas en concentraciones masivas o realizar asesinatos colectivos los narcos no necesitan la ayuda de grupos insurgentes.
#1 by JOSE LUIS DIEGO FERNANDEZ SOTELO on 10 septiembre, 2010 - 1:43 pm
Me parece muy acertado y especialmente muy concreto el comentario que hace Humberto acerca del comentario de Clinton. Estoy de acuerdo con él en el hecho de que los comentarios de nuestros analistas no tienen, ni de lejos la visibilidad de los de la Señora Clinton. Ojala podamos mirarle el lado positivo a la intervencion de la Secretaria de Estado: Llamo la atencion del congreso norteamericano. Eso, posiblemente genere recursos para México en su lucha contra el narcotrafico. Si Estados Unidos gasta $ 2500 millones de dolares a la semana en armamento belico, es posible que puedan destinar una buena parte de ese dinero a esta causa que a ellos tanto les afecta.