Esta idea de que en lugar de seis, son 4.7 los contactos entre dos personas cualesquiera en el mundo ha sido mal entendida y sobrevalorada.
En primer lugar, la cifra de los 4.7 llamados «grados de separación» se refiere a los usuarios de Facebook, lo que no es una gran sorpresa. Si hiciéramos algo asà con los aficionados al Guadalajara, los suscriptores de Teléfonos de México o los ex-alumnos de los jesuitas, la cifra muy probablemente serÃa menor. No es que la tecnologÃa nos acerque (que sà lo hace pero no es la explicación de este dato), se trata de algo más simple: si 721 millones de personas se suscriben a Facebook y lo hacen para comunicarse con sus amigos, es lógico que haya más proximidad entre esos usuarios que entre el total de la población mundial.
Además hay que recordar que, de alguna manera, ese tipo de estadÃsticas son promedios. No es que los 4.7 o los seis pasos se cumplan en cada par de personas de Facebook o del mundo, algunos estarán separados por dos pasos, otros por decenas. El estudio de Facebook se basa en una población en la que supuestamente no hay barreras, cualquier amigo es igual de amigo para el conteo. Por supuesto, esas personas que aparecen como amigas, con frecuencia no se conocen realmente o no estarÃan dispuestos a que algunos de esos amigos tuvieran que ver con ellos algo más que ver sus fotos de vacaciones y sus anuncios de que entraron a cierto restaurante.
El otro dÃa un comentarista dijo que conforme más personas se suscribieran a Facebook la cifra disminuirÃa. HabrÃa que hacer cálculos (que desgraciadamente exceden mi conocimiento de las matemáticas), pero, en principio, tengo la impresión de que la distancia entre los usuarios no variará por el mero incremento de usuarios sino por la cantidad de vÃnculos (amigos) que ellos establezcan. La tecnologÃa posibilita el acercamiento pero no acerca por sà misma, nos necesita a nosotros.
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